La puerta se abrió lentamente para que no hiciera mucho ruido. Por ella entró el Sr. Eyston, procurando ir con cuidado de no tocar nada, ya que el sótano estaba lleno de herramientas, aparatos, y demás cosas tecnológicas y no quería romper algo sin querer.
— Cariño, ¿aún sigues con eso?
— Sí ¿Ya has acostado a los niños?
— Llevan horas dormidos. Son casi las cuatro de la mañana, ¿sabes? Deberías descansar...
— La ciencia no puede descansar. Ya me queda poquísimo, un par de ajustes y ya estará terminado.
Hubo un silencio de un par de minutos.
— ¿Crees que está bien esto que estamos haciendo? —dijo el Sr. Eyston pensativo—.
— ¿Qué? Pues claro que está bien.
— No creo que la venganza sea la solución...
— No es venganza, es justicia. Además, gracias a esto ayudaremos a muchas personas. No lo hacemos por nosotros, sino por los demás.
— Bueno, tienes razón.
El marido decidió quedarse en el sótano en silencio viendo como su mujer terminaba el proyecto en el que los dos habían estado trabajando durante dos largos años. El proyecto que cambiaría sus vidas, y la de todos, para bien.
El silencio no duró más de media hora.
— ¡Terminé!— Gritó.
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"los dos habías estado trabajando durante dos largos años" Habías bitch
ResponderEliminarTengo curiosidad por los señores Eyston *^*
Pronto sabrás más de ellos.
EliminarHay pinche dejaste la trama en lo mejor!!
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